viernes, 18 de junio de 2010

Final NBA

Increíble. Después de muchos años siendo seguidor de la NBA nunca había vivido un Lakers-Celtics en estado puro: es decir, jugándose un anillo con séptimo partido incluido. Y lo cierto es que no defraudó. Y no lo hizo por varios motivos: por emoción, por intensidad y por el desenlace final.

En lo puramente baloncestístico el partido no fue bueno, con muchos nervios e imprecisiones y malísimos porcentajes de tiro. Era un partido de esos que dicen distinguen “a los niños de los hombres” y, en este sentido, el encuentro dio muchas sorpresas. Porque al que se le suponía más “hombre” entre todos, Kobe Bryant, hizo uno de los peores partidos de su carrera, mostrándose egoísta y por momentos dejando entrever que le preocupaba más el titulo de MVP que el de campeón de la NBA. Su serie de tiro fue horrenda (6/24) y hasta Phil Jackson en el descanso, al ser preguntado por las causas del mal partido del equipo, dirigió todas sus críticas  y miradas a Kobe. Sólo su apoyo en el rebote (15) y el acierto final de algunos de sus compañeros en el último cuarto, que tuvieron claro que Kobe esa noche no ganaría el partido y le quitaron varios balones en ataque, le salvaron de una noche histórica en cuanto a lo negativo.

Por otro lado, a uno que se le suponía “niño”, demostró haber madurado esta temporada hasta niveles insospechables. Nunca he sido ni mucho menos admirador de Ron Artest y siempre pensé que el cambio por Ariza no beneficiaba en nada a los Lakers. Lo sigo pensando. Pero he de admitir que lo de ayer me hizo dudar. Lo de especialista defensivo se le presuponía a Artest y no sorprendió mucho que dejara a su par, Paul Pierce, en una serie de 5 de 15 en tiro. Sin embargo, su determinación y valentía a la hora de asumir la responsabilidad en ataque y su acierto en momentos importantes del partido si fueron novedad respecto al Ron Artest que todos conocíamos.

En cuanto a Pau Gasol, fue decisivo, Trabajador hasta la extenuación, ha sufrido en estas series contra los Celtics como nunca antes en su carrera. Ha recibido faltas de gran dureza, en la mayoría de los casos además no pitadas. Ha tenido que ser más fuerte mentalmente que nunca para no perder los nervios y poder seguir siendo efectivo para su equipo. En el partido de ayer fue el dueño del rebote (terminó con 18) y en ataque, a pesar de no hacer buenos porcentajes de tiro durante la mayor parte del partido, apareció en el último cuarto para corregir sus números y ser el jugador más importante tanto en defensa como en ataque.

Creo sinceramente que, fuera de chovinismos, la NBA se equivocó ayer. Y se equivocó porque fuera de los números fríos que dicen que Kobe Bryant ha hecho 26 puntos de media en estas finales, ninguna persona que no idolatre a Kobe puede decir que haya sido el mejor. De hecho, ha realizado en estas finales su peor serie en los playoffs. Sin embargo, su nombre y trayectoria y la poca flexibilidad de la NBA para salirse de los guiones preestablecidos (Kobe hubiera sido MVP ganando Lakers pasara lo que pasase) impidieron que Pau Gasol se llevara el título de MVP.

Un gran sabor de boca el que me dejan estas finales. A veces, el baloncesto, después de años, nos sigue sorprendiendo. Como ayer.

jueves, 17 de junio de 2010

El inicio

Primer día de mi blog y novato en todos los sentidos. Primera vez que abro un blog y primer día de escritura en éste. La primera pregunta es: ¿por qué? La respuesta es sencilla: porque me apetece y porque creo que quizás mucha gente pueda compartir conmigo mi forma de ver las cosas.

En cuanto a los temas de los que trataré en el futuro: variados, aunque predominando dos. Baloncesto y fútbol, dos de las pocas cosas que hoy por hoy no nos dan a los mortales grandes quebraderos de cabeza y y sí muchas satisfacciones, por lo menos a los que no tratamos el deporte con forofismo.

Si has llegado a leer hasta aquí, gracias, aunque me gustaría que continuaras leyendo en el futuro.

Gracias de nuevo a todos lo que se acerquen a mi blog.